La ambición de los humildes siempre ha sido una lucha de vida o muerte. Si te dejas llevar, nadie te detendrá. Pero si quieres destacar y cambiar tu destino, los que te detienen son más que millones. Cuando eliges desafiar al destino, eliges la soledad. Solo el éxito final podrá hablar por ti. Y la regla más cruel de este mundo es que hay quienes tienen un capital de cinco millones, que solo necesitan duplicar en A8, y perderlo es solo un gasto. Mientras que hay quienes solo tienen diez mil, que para romper el estancamiento necesitan mil veces, cada paso es un abismo. Pero la gente siempre juzga a los héroes por el éxito o el fracaso. Si tienes éxito, eres visionario y elocuente. Si fracasas, eres un charlatán y un soñador. Mirando al mundo, los héroes son como peces en un río. Incluso los dragones y fénixes entre los hombres tienen dificultades para avanzar. Dado que el punto de partida ya es de barro, no hay camino de regreso. Solo queda arriesgar toda una vida para luchar por un cambio de destino.