Al reducir el déficit presupuestario, estamos reduciendo la inflación. Un estudio reciente del MIT mostró que el 42% de la gran inflación estaba vinculada al gasto deficitario. Además, los aranceles traerán de vuelta la manufactura con el tiempo, lo que conducirá a un aumento tanto en los ingresos corporativos como en el crecimiento de los salarios reales para los trabajadores estadounidenses.