Vale, diré lo que nadie más quiera. Los mercados de predicción están jugando. Es como si levantarse y conducir cada mañana para tomar un café fuera una apuesta. ¿Llegaré tarde a mi primera llamada por el tráfico? Sí / No ¿Voy a atropellar a alguien en el carril bici por accidente? Sí / No ¿Me salto la comida hoy? Sí / No ¿Veré 2,5 horas de Netflix en horario de trabajo ignorando mis responsabilidades reales? Sí / No ¿Esta invitación aleatoria de RRHH programada a las 16:30 de un viernes supondrá que me despidan? Sí / No Cuando llegue a casa después de que me despidan, ¿avisaré a mi pareja o fingiré que voy a trabajar y en su lugar iré al bar todos los días todo el día fingiendo que todavía tengo trabajo y que no tenemos nada de qué preocuparnos? Sí / No ¿Mi pareja solo se dará cuenta después de nuestro tercer pago del coche atrasado y del cuarto mes de alquiler sin pagar? Sí / No ¿Entonces fingiré mi muerte y desapareceré con todos nuestros ahorros, sin contárselo a nadie y llevándome a nuestro perro a México para empezar una nueva vida? Sí / No Es bastante sencillo, la vida es una apuesta.