La discriminación por títulos académicos ha dado lugar a Web3 Hace unos días, me enteré de una noticia impactante: en una de las principales empresas de internet, los puestos técnicos han comenzado a filtrar a los candidatos con títulos de doble 9. Esto significa que si no has estudiado en las mejores universidades de China tanto para tu licenciatura como para tu máster, ni siquiera podrás pasar la criba de las solicitudes. No es un caso aislado. En el mismo periodo, innumerables currículos de "doble no" han sido arrojados a la papelera sin más noticias. En el mundo de Web3, al otro lado del océano, está ocurriendo otra historia. Shayne Coplan, un estudiante de 18 años que abandonó NYU, fundó Polymarket, un mercado de predicciones descentralizado; Hayden Adams, graduado en ingeniería mecánica, perdió su trabajo en Siemens y, tras aprender a programar por su cuenta en el sótano de sus padres durante unos meses, creó Uniswap, que hoy es el mayor intercambio descentralizado del mundo. No tienen títulos en informática, ni siquiera completaron sus estudios universitarios, pero han conseguido oportunidades en el ámbito de Web3 que son inimaginables en la industria tradicional. La diferencia entre estos dos mundos paralelos plantea una pregunta: ¿es realmente tan importante el trasfondo académico?